Aprender sobre la marcha: la clave de la innovación
Por Alejandro Verjan
alejandro.verjan@fucaicolombia.org
¿Qué es lo que necesitamos hoy en día, Alejo? ¿Cómo innovamos en un mundo saturado donde no existe la atención? Ni siquiera un video de un minuto logra retenernos del todo, ¿cómo sostenemos el interés de alguien que ni siquiera es consciente de su propia atención?
“No lo sé, realmente no tengo ni la menor idea”. Le dije. “Pero aprenderemos sobre la marcha”.
Ese fue el breve intercambio de palabras que tuve con mi estimado amigo, Merveil. No entendía realmente el entorno en el que estaba empezando a adentrarme, pero ya había entendido una parte de la esencia de lo que hacemos en Fucai. Al apropiarnos de la información, no solo nos llenamos de coraje y de ganas de salir adelante, también entendemos que no debemos detenernos ante ninguna circunstancia. Esa es la magia de crear. Todo lo que nos rodea proviene de ese sentimiento de mantenerse en la marcha, aprendiendo sobre ella, estableciendo nuevas rutas de acción y mecanismos que nos permitan entender algo que rompió nuestra zona de confort.
La innovación no se trata simplemente de generar ideas al azar, sino de transformar las reflexiones más profundas sobre nuestra vida cotidiana en algo tangible. Es el arte de materializar lo que solo existe en la mente, adaptándolo a las realidades del entorno. En este escenario donde todo está en constante cambio, entendemos que hacer realidad cualquier idea requiere más que imaginación: se necesita certeza, acción y, sobre todo, control. Es en este equilibrio entre la tradición y la modernidad, en el proceso de conectar lo antiguo con lo nuevo, donde encontramos nuestro mayor reto y también nuestra mayor fuerza. Para Fucai, trabajar con más de 150 tejedoras en La Guajira no es solo un acto de creación, sino un ejercicio de responsabilidad: hacerlo de manera fiel, íntegra y significativa. Y es precisamente esto lo que refleja la Strap Oshonushi Wayuu: un producto que no solo es innovador, sino que también honra nuestras raíces.
La historia de la Strap Oshonushi Wayuu comenzó a mediados de mayo, cuando tuve la oportunidad de conocer a Alejandra Cruz y María Claudia Coral del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Antonio Nariño. Después de compartir con ellas el catálogo de productos que trabajamos con las tejedoras, surgió una propuesta: querían 50 correas tipo strap para celulares como regalo institucional, acompañadas de un empaque biodegradable. Aunque nunca habíamos trabajado en un producto como este, la propuesta nos impulsó a aceptar el reto y comenzar a experimentar con ideas y prototipos.
A partir de allí, comenzamos a explorar diferentes opciones: probamos distintas gazas, discutimos con las tejedoras sobre el tipo de material, el largo y el ancho del tejido, e incluso probamos diferentes tipos de arnés y mosquetones. Cada detalle fue importante. Tuvimos que encontrar materiales importados para crear la pestaña dentro del forro, ya que los costos en Colombia eran demasiado altos. También decidimos si la correa sería ajustable o no, y evaluamos los mejores precios sin comprometer la calidad. A medida que avanzábamos, nos reunimos con Alejandra y Maria Claudia para mostrar los avances y definir detalles cruciales, como la paleta de colores y el diseño del empaque.
Finalmente, ante la duda del empaque, estuvimos varios días evaluando opciones sin llegar a consolidar nada. Pero el poder del trabajo en equipo, una vez más, nos regocija al ser la manera más fácil de resolver cualquier dilema. En esta ocasión, Mauricio Torres, ingeniero agrónomo del equipo Fucai y Sergio Martinez, coordinador de proyectos, estaban observando y revisando cada detalle cuidadosamente, hasta llegar a la magnífica idea de utilizar el cartón reciclado junto con una imagen alusiva al entorno de las tejedoras como empaque. Juntos, ajustamos detalles y encontramos el empaque ideal que no solo se convertiría en el de la Strap Oshonushi Wayuu, sino también de varios de los productos de la Tienda Fucai. El proceso culminó a principios de septiembre, luego de numerosas pruebas y ajustes.
Lo que comenzó como un simple encargo institucional se transformó en una verdadera experiencia de aprendizaje y creatividad. La correa Oshonushi Wayuu es el resultado de ese esfuerzo colectivo, una pieza que no solo posee un valor estético, sino que también refleja la historia del trabajo colectivo del equipo Fucai. Más allá de cualquier otra cosa, este producto representa la adaptación, la innovación y el aprendizaje continuo. Mientras las tejedoras ahora pueden acceder a ingresos de manera más rápida y constante gracias a este producto moderno y novedoso, el equipo de Fucai continúa fortaleciendo la sostenibilidad de sus ingresos, creando nuevos mecanismos que consolidan su misión de mejorar la calidad de vida de las comunidades indígenas del país, y sobre todo, aprendiendo sobre la marcha.
En términos de innovación aún tenemos un amplio camino por recorrer; sin embargo, el espíritu y la capacidad de superar obstáculos se han convertido en motores que permiten transformar las dificultades en oportunidades. Esta resiliencia abre paso a soluciones nuevas, lo que inicia como una simple conversación puede convertirse en un verdadero proceso de desarrollo productivo y sostenible.
Archivo personal: foto final de la Correa Oshonushi Wayuu